La Rambla es un pueblo alfarero ya que desde la prehistoria sus habitantes se dedicaban a la cerámica. Se han encontrado vasos campaniformes en la minilla con más de cuatro milenios de edad. Jesús Luque Marín, conocido como el Yiyo, joven alfarero de la Rambla, mantiene junto a su hermano la tradición heredada de su padre. Elaboran el botijo de verano, y también todo tipo de recipientes para agua, jardinería, etc.
El proceso de “fabricación casera” lo realizan al completo en su taller. Desde el secado del barro, su paso posterior a la pila donde se moja, se labra, se mueve y después se extiende al sol. Pasa al cuarto de barro, donde se almacena tapado y va cuajando durante un largo período de tiempo, hasta que se pasa a la galletera, una máquina que lo filtra para quitar todas las impurezas. Tras un par de pases, se hacen pellas con las que se empieza a trabajar.
El botijo tradicional de La Rambla es de culo estrecho, pero Yiyo se adapta a los pedidos y, utilizando el barro de la zona, realiza también diferentes tipos de botijos. Las únicas herramientas que se utilizan para el trabajo en el torno además de las manos son: la caña, el hilo y la puntilla. Tras el proceso de secado, etapa delicada por las roturas en su traslado y manipulación. Se procede a la cocción, comprobación y embalaje de las piezas.
Trabaja con un horno moruno, que se quemaba con leña y era de fuego directo. Es un horno tradicional en la cocción de botijos y su capacidad es grande pero requiere de gran habilidad para su colocación. Es el último horno moruno que existe en La Rambla y seguramente en Andalucía.
Fuentes consultadas y alumnos implicados
- Artículo original realizado por Manuela Marín Bonet ( curso 2104-2015 )
- Revisado por Rafael Pérez Sorret ( curso 2015-2016 )