Casa donde nació el cabo Bolineo

 

 

José Ruíz Gómez nació el 17 de Junio de 1877 en el seno de una familia rambleña. Vivió en el número 4 de la calle Barrios.

En Diciembre de 1895, ingresó como voluntario en el Batallón Cazadores de Cuba núm.17,en Córdoba. Posteriormente, en Marzo de 1896 ascendió a cabo de la unidad continuando en Córdoba hasta que en Noviembre de ese año le correspondió partir con las fuerzas que se estaban organizando al Pacífico. El día 10 de ese mes llegó a Barcelona como miembro del Batallón Cazadores Expedicionario de Filipinas núm. 8, embarcando en el vapor León XIII, con destino al archipiélago filipino.

Gracias a su comportamiento destacado en los combates anti rebeldes, el 22 de Abril le fue concedida por el Capitán General de Filipinas su primera condecoración, la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. A finales de Junio participó como miembro de la Columna Volante de Calcumpil en las operaciones con los insurrectos de Bocane, recibiendo por ello la Cruz de Plata del Mérito Militar con distintivo rojo.

En la Península, pronto fue conocida la gesta del que se conocería como <<Cabo de Bolinao>>, dado que la prensa se deshizo en elogios, pidiendo honores y condecoraciones para los soldados y sobre todo para Ruíz Gómez. No obstante, Fernando Primo de Rivera, desmintió que se hubiera producido tal asedio, manifestando que fue el cabo quien mandó un telegrama al ministro de la Guerra, siendo difundido por toda España. Los periódicos madrileños, como El Nacional, ironizaron con la posibilidad de que tal cabo no existiera, tratándose de un simple accidente geográfico. Afortunadamente, al poco tiempo, se conoció que la <<heroicidad>> de los que se pueden denominar como <<primeros de Filipinas>> si tuvo lugar y que el cabo era José Ruíz. A partir de ese momento, los diarios de Córdoba solicitaron mayores honores.

En cuanto al paradero de Ruíz Gómez, desde Mayo se ignoraba, confirmándose posteriormente que se encontraba en poder de los tagalos. Meses después de su libertad, al conocerse su regreso, La Rambla se preparó para darle la bienvenida que se merecía. Entre vivas y aplausos, llegó al domicilio paterno, en cuya puerta el capitán de la reserva Adolfo Aguilar y Castilla pronunció un patriótico discurso exaltando sus méritos y lo poco recompensado que hasta el momento, había resultado, dispersándose a continuación los asistentes.

En definitiva, José Ruíz Gómez destacó por méritos propios en una de las guerras que más repercusiones tuvo para la sociedad española de la época.

Bibliografía: Revista Ámbitos número 2

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