Desde el tiempo en que Contantino Magno concedió la paz a la Iglesia se adoptó la costumbre de enterrar a los fieles en sepulturas terrizas dentro de los mismos templos y posteriormente en criptas o bóvedas construidas expresamente. Solo cuando las poblaciones sufrían epidemias, se adoptaba una determinación de señalar el lugar donde recibían sepulturas los cadáveres, pero cuando se acababa la epidemia volvía al mismo mecanismo de los enterramientos en los templos.

En La Rambla existían muchas iglesias y ermitas, la mayor parte de las familias acomodadas tenían enterramientos propios en ellas.

Durante un tiempo, se discutió donde sería mejor hacer los enterramientos, por un lado un médico del pueblo pensaba que lo mejor era hacerlo en las Errillas, sin embargo otros pensaban que el sitio más adecuado era el huerto del valle.

Las Errilas: Se basaban en razones higiénicas.

Huerto del Valle: En motivos económicos.

Alegaban los primeros en que el sitio de las Errillas estaba situado al norte como estipulaba el gobierno, y que remover los terrenos del huerto del valle que había servido para las epidemias de 1804 , 1834, podía originarse una nueva infección.

Los segundos se justificaban que para hacer el cementerio en la Errillas había que hacer también un camino para el mismo, edificar una ermita, cercar el terreno…y su presupuesto ascendía a 14.000 y pico reales, y situándolo en el valle era mucho más económico por tener construida la ermita y la mayor parte de las cercas y caminos. El 21 de Julio de 1843, quedó abierto el cementerio, habiéndose agregado como capilla la antigua ermita del valle, y quedando su administración a cargo del Municipio de La Rambla.

Fuentes consultadas y alumnos implicados

• Base de datos

Libro : Historia de La Rambla y apunes históricos y geográficos de las poblaciones de su partido

José Montañez Lama

• Artículo original realizado por Isabel Osuna Pedraza ( curso 2014-2015 )
• Revisado por Rafael Pérez Soret ( curso 2015-2016 )

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